Le Midi, un gran descubrmiento francés. (Redescubriendo el Mediterráneo 3)

Como los franceses llegaron a re-descubrir le Midi

Parece que todo empezó con el abandono del estudio. Cuando pensamos en ello, pensamos en los impresionistas. El movimiento impresionista se remonta en Francia a los años 1860 y parte de la necesidad de captar la luz en vivo, fuera de los talleres y los interiores. Pero la idea de salir del estudio y pintar al aire libre fue el principal impulsor para muchos artistas que anticiparon el impresionismo en el s. XIX en Francia. El realista Gustave Courbet, pre-impresionista Eduard Manet, o los precedentes del impresionismo como Camille Corot y la Escuela Barbizon pintaban ya fuera de los talleres. Con esa actitud de "captar el momento en vivo" y perpetuarlo en un lienzo lo más rápido posible para no perder nada de la luz y del color que se experimenta en este momento, coincidió el desarrollo tecnológico de la segunda mitad del s. XIX. La infraestructura a de ferrocarril lo hizo posible viajar en un tren de Paris a Marsella a partir del año 1856, y de Paris a Niza a partir del 1868. Esto permitía que no solo se pudiera pintar al aire libre, pero además se pudiera pintar en un lugar más bonito del mundo, al menos en el mudo accesible a los artistas franceses del s. XIX, en la costa mediterránea: llena de luz, sol, colores, y naturaleza abundante. No es de extrañar que Van Gogh, Cézanne, Picasso, Matisse, Renoir, Bonnard y muchos otros, soñaban en un taller a cielo abierto... en el sur, le Midi.

Vincent van Gogh, Campamento de gitanos con caravanas cerca de Arlés, 1888, Musee d´Orsay, Paris

En la década de 1880 Vincent van Gogh se instaló en Alrés con el objetivo de pintar bajo "el sol del glorioso Midi". Su idea fue crear el "taller del sur" para una comunidad de artistas. Aunque no llegó a verlo fueron muchos los pintores que desde entonces acudieron a su llamada.

Le Midi de los postimpresionistas

Por ejemplo, Pierre-Auguste Renoir se eligió Cagnies-sur-Mer y allí paso temporadas pintando paisajes y escenas de genero:

Pierre-Auguste Renoir, Paisaje de Cagnes, c. 1915

Pierre-Auguste Renoir, Paisaje de Cagnes, c. 1915

Pierre-Auguste Renoir, Bañista


Un artista que atrajo muchos de sus colegas al sur fue Paul Signac, famoso por su desarrollo de la técnica divisionista.

Paul Signac, Saint-Tropez. Los pinos piñoneros en Les Canoubiers, 1897


Tras su estancia en Coillure, Paul Signac descubrió en 1892 Saint-Tropez, donde pasaba gran parte del año coincidiendo con Henri-Edmond Cross, Théo van Rysselberghe y Louis Valtat:


Théo van Rysselberghe, La punta Saint-Pierre en Saint-Tropez, 1896
Maximilien Luce, Vistas de Saint-Tropez, 1893
Louis Valtat, Las rocas rojas, 1901

En 1897 Signac adquirió una casa en Saint-Tropez llamada La Hune; allí el pintor hizo que construyeran un gran estudio, que inauguró el 16 de agosto de 1898 y fue un lugar de encuentro para otros más artistas: Matisse, Camoin, Marquet, Manguin y Bonnard.

Henri Manguin, Cassis, el baño, 1912
Charles Camoin, Puerto de Marsella, 1904


La nueva generación que tomó riendas y dio la vuelta a nuevas exploraciones después del 1905

Los años 1905-1906 son protagonizados por exploraciones del color y de la luz hechos por Derain y Matisse en Coillure. Tras el lanzamiento del nuevo corriente artístico, que debe su nombre Les Fauves (Fieras Salvajes) a los indignados críticos parisinos, Derain, Braque, Dufy y Friesz se reúnen en L´Estaque para continuar sus estudios.


André Derain, L´Estaque, 1906

En los años siguientes cada uno de ellos encontrará su propio camino...

 



Othon Friesz, Las bañistas, 1907
George Braque, Paisaje en L´Estaque, 1906-1907
Pierre Bonnard, La terasa soleada, 1939-45


La búsqueda de la harmonía
 
Los autores de la exposición lograron mostrar que desde los años 1880 y durante varias décadas del siglo XX el sur de Francia se convirtió en uno de los destinos más preferidos por los pintores y que le Midi, el sur francés, inspiró no solo por su precioso paisaje, la suavidad del clima, la abundancia de la naturaleza y la luz del mediterráneo, pero también por su tradición y monumentos clásicos que se encuentran en el sur de Francia. De allí viene la inspiración tanto para los temas clásicos como para el afinamiento de los medios de expresión hacia lo más sobrio, geométrico, clásico, reducido, como vemos en los cuadros de Braque y Bonnard, o a los temas de genero, entro los cuales lo recurrente fue el tema de desnudos bañistas en la playa.


George Braque, Camino de L´Estaque, 1908
Henri Lebasque, Dos mujeres en un balcón, 1925-1926

Publicado por Joanna Matyjasiak a propósito de la exposición:
Redescubriendo el mediterráneo

Hasta el 13 de enero 2019

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