"La Arcadia mediterránea nunca será volver la misma". Artistas italianos en la exposición Redescubriendo el Mediterráneo (4)
Habría que nombrar un nuevo corriente en Italia: retorno al orden.
Un breve comentario acerca de la parte italiana
en la exposición Redescubriendo el Mediterráneo en la Fundación MAPFRE
Un breve comentario acerca de la parte italiana
en la exposición Redescubriendo el Mediterráneo en la Fundación MAPFRE
El lema "retorno al orden" apareció en la revista Valori plastici publicada en Roma en italiano y francés entre 1918 y 1922. No lo considero muy convincente ni especialmente preciso cuando veo las pinturas de los artistas presentados en la sección italiana de la exposición Redescubriendo el Mediterráneo porque el orden no es precisamente el tema de sus obras. El orden fue la palabra clave que se uso para oponerse a las vanguardias, y en Italia al futurismo. Sin embargo algunos movimientos vanguardistas se centraron en el orden, por ejemplo el más ordenado vanguardista fue probablemente Piet Mondrian. En la Italia de entre guerras se trataba más bien de una vuelta a lo clásico. A los valores conocidos del arte de la antigüedad, el arte mimética, que reflejaba la realidad. Pero, tampoco la realidad presentada aquí: en las obras de los Italianos en el periodo de entre guerras, no fue tan obvia. Esta realidad de paisajes abandonados, figuras (incluso los animales) privados de la vida que parecen mas bien a los muñecos o a las esculturas.
Pintura metafísica
Se acabó la Primera Guerra e Italia estaba en la crisis de valores. El mundo después de la tragedia miraba con cierto rechazo hacia las vanguardias, y además en Italia los movimientos vanguardistas dejaron de ser corrientes oficialmente aceptados. No se trata solo de reconocimiento oficial ni de la política, pero de un corriente más común en Europa: los artistas buscaron una nueva realidad y veían la sanación de arte en la recuperación de sus valores eternos. Entonces ¿clásicos? Pero, cómo alcanzar los picos de arte ya conseguidos en el pasado, y además en Italia?
Parece que el arte italiano se encontró en un cierto estancamiento. Por un lado, se paralizó en su desarrollo vanguardista. Por otro lado, todos tenemos una fuerte impresión que en Italia el Arte con A en mayúscula pertenece a la historia, al pasado. Se ha hecho y se ha dicho ya todo. A lo mejor el espíritu creativo volverá en los años 1950 con el nuevo cine italiano, pero los años de entre guerras son marcados por la tradición y quizás imposibilidad de superar lo que ya fue alcanzado en la antigüedad y en el arte de renacimiento.
Considerando pocas posibilidades que quedaron en este momento, Giorgio de Chirico logró a encontrar su estilo en el diálogo con la tradición clásica a la vez abriéndole la puerta a lo irreal. Lo que en Francia se consideró el surrealismo en Italia, gracias a de Chirico, obtuvo su propio nombre: la pintura metafísica. El artista buscó innovaciones en la creación de metáforas, introduciendo los objetos aparentemente reales, muchos de ellos de proveniencia antigua. Como destacaron los comisarios de la exposición, de Chirico se consideró a sí mismo sobre todo un pintor clásico. Efectivamente, hay muchas formas clásicas en su pintura. Sin embargo, el conjunto de las formas y los motivos que usó reflejaba la realidad bastante extraña.
En la parte de la exposición donde se presenta la pintura italiana la melancolía exude de los lienzos y da un frío abrazo al espectador. Puede que ahora esté añorando la luz captada por franceses y españoles que vio anteriormente las salas de MAPFRE. Aquí la luz parece artificial y la vida hibernada, hay referencias al arte antiguo, por excelencia, casi únicamente, a la escultura y a la arquitectura, así que sea como fuere, los colores se desvanecieron.
Giorgio de Chirico, Las musas de vacaciones, 1927 |
Giorgio de Chirico, Caballos junto al mar, 1927 |
Giorgio de Chirico, Caballo y cebra, 1963 (?) |
Otro artista italiano cuyos lienzos vemos en la exposición, Massimo Campigli, también se acercó a la idea de la vuelta al orden a través de la antigüedad presentando formas arcaicas y esquemáticas sin perspectiva, usando tonos reducidos y tenues.
Massimo Campigli, Las mujeres de los marineros. 1934 |
Massimo Campigli, Busto con jarrón azul, 1928 |
Alberto Savinio, Ulises y Polifemo, 1929 |
Giorgio de Chirico, Bañista, Retrato de Raissa, 1929 |
Redescubriendo el Mediterráneo
Hasta el 13 de enero 2019
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